viernes, 25 de marzo de 2011

Reconstrucción

Hoy fui a un bar. Y después a otro. Después fui a otro más. Y en medio de todos esos bares me vi pasar entre la gente. En medio de toda esa gente vi algunas caras. Un par de manos. Un poco de piel.

Vi una parte de hombre y me acordé que soy mujer. Sí. Eso que tengo olvidado – o relegado – ahí en un rincón de la página. En la sangría, en el espacio que vive entre los párrafos. Yo soy la voz de una mujer que narra. Que susurra la historia de quien cree ser.

Y algo en mí se reconoció. Soy el cuerpo de una mujer. Lo habito. Soy la voz, la mente y los sentimientos. Soy esta totalidad que camina entre la gente. Que pulula entre las diferentes lenguas. Esa soy yo. Esta.

Soy yo. La que está por. La que puede… Sí. La que puede eso o esto o lo de más allá. Hoy vi partes de cuerpos, los fragmenté en mi cabeza y me di cuenta que eran sólo eso: cuerpos. Igual que yo.

Algo en mí se despertó.

Mi piel. Mis olores. Mis pelos. Todo renació por un instante. Puede ser que esté volviendo a vivir dentro de mi cuerpo. Quizá haya llegado el momento de una buena vez. Hoy puede ser el día en que mis pensamientos dejen de vagabundear y vuelvan a anclarse en sus cimientos. Quizá hoy logre ser otra vez.

Y cuando eso ocurra, – del todo- cuando yo esté completa, ah, que placer, qué alegría…

Renacer.

Una y otra vez. Reconstrucción de mi persona. Here I go again.

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