miércoles, 9 de noviembre de 2011

Hit the Road


Me quemé el dedo con aceite mientras cocinaba porque estaba pensando en vos. Y ahora me duele el dedo, me duele la mano, me duele el cuerpo entero porque me doy cuenta la falta que me hacés.

Si. Me falta algo. Me falta alguien con quién. Y aunque a veces no quiera admitirlo la verdad es que por decirlo claro y pronto estoy a punto caramelo para cruzarme con alguien que se lleve mi corazón con moño y todo a la primer sonrisa. Así de simple.

Estoy lista para que te subas a un subte, me hagas un guiño y bajarme a caminar por todas las combinaciones que nunca hice hasta perderme en un andén. Para dejar de escuchar a la señora que te dice Mind the Gap y a donde doblar y sólo seguirte a vos.

Estoy en esas semanas que camino por la calle pensando si mi perfume dejará rastro para que me sigas vos a mí. Estoy esperando que me llegues, de cualquiera de las mil maneras que hay hoy en día de llegar hasta mí.

Tengo una caja en casa en donde estuve acumulando un par de cosas para darte: hay historias de este último año y de mis viajes, hay algunas broncas que quedaron sin resolución, hay anécdotas de noches que de desdibujan en el tiempo. Tengo un par de medias rotas y un reloj que ya no uso porque siempre me roba diez minutos. Lo podés usar así los diez minutos tuyos me los quedo yo cada día. Hay varias fotos en las que dejé lugar para tu cara. Esos son los lugares a los que ya fui. Hay un juego de llaves y un ejemplar de Rayuela. Si. Cliché. Nada de ponerme a experimentar y que me salga el tiro por la culata. No señor. Otra vez no. También puse un mapa.

Me miro el dedo y me duele, y pienso sí, es eso. Es que al fin y al cabo es tan evidente lo que pasa. Yo no quiero estar más sola. Eso pasa. Esas palabras pasan. Ese sentimiento horrible de que quizás yo ya no me alcanzo. Ese desbordarme y tener para repartir, y a quien le reparto si la gente se fue del cumpleaños y todavía no soplamos las velitas? Me quedé con la torta entera y la cobertura blanca llena de puntitos de cera. El payaso se sacó la peluca, el mago se prendió un cigarrillo… ya fue.

Miro a mi derecha en donde apilo almohadas para abrazar de noche y me inundo de melancolía por este invierno que se acerca y por mis pies helados. Por los miles de guantes que voy a perder en las noches de Londres y los dedos que nadie me va a ayudar a calentar. Me apena tener todo esto acá entre las manos, recién salido del horno, y que no estés para probarlo. Que se nos pasa el tiempo, eso. Me molesta, yo nunca fui buena con eso de la paciencia, y all that shit. 

Yo tengo el auto puesto en marcha ahora, listo para salir de Road Trip y me falta el copiloto. Tengo el mapa, tengo hasta un par de sanguchitos y un paquete de puchos para compartir. Al fin y al cabo qué nos puede pasar, es una aventura más no? Dale acompañame. Si no manejamos un rato cada uno no se si voy a llegar.

La noche esta tan linda para agarrar la ruta y dejar todo atrás…

1 comentario:

  1. hasta el infinito y mas alla!!! yo voy con vos a donde quieras malulis

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