jueves, 22 de septiembre de 2011

Pero...

Te puede pasar acá, allá… a mí, a vos, o a cualquier persona. Te puede pasar. A mí me pasó.

Un día te tildan de egoísta y a la semana siguiente resulta que la persona que tenés al lado descubre que lo mejor que puede hacer a partir de ahora es mirarse el ombligo. Todas las cartas del mazo que fuiste poniendo una arriba de la otra con tanta paciencia y temiendo cualquier correntada se desploman con tu último suspiro antes de reventar en cataratas de llanto.

Si. Mi corazón es tuyo y el tuyo es mío… pero… si me llaman de Hollywood…voy a tener que ir baby – así me contaba hoy mi nueva amiga que le dijo su ex novio actor. Nunca lo llamaron pero él igual la dejó justito antes de irse de vacaciones. Las audiciones pudieron más que el amor. A ella le pareció muy patético irse a llorar sola a una playa en Mejico así que se quedó. El se consiguió otra novia 10 años más joven que el.

Los ensayos, los gimnasios, las concentraciones, los deadlines, las audiciones… todo te juega en contra y te dan ganas de salir con la persona más normal del universo, alguien que tome café de la misma marca por el resto de su vida y a quien puedas llamar cualquier día de la semana, de 9 a 5, y sepas que va a estar sentado siempre en el mismo lugar.

A nadie le gusta ver a su novio

a) Ovacionado por miles de chicas más jóvenes que vos

b) Semidesnudo en una publicidad

c) Haciendo el amor arriba de un escenario pero con otra

d) … No verlo, porque se quedo hasta tarde quien sabe dónde. Nunca llegó.

Decidís volcarte hacia lo normal. Lo previsible, no más artistas ni gente cool, no más lookeados ni confundidos, no más promesas de grandeza y la bici atada a la vuelta de la esquina. Querés alguien que te invite a cenar y no tenga que dividir la cuenta, alguien que sea, digamos standardpero…la rara sos vos ahora. De repente en medio de una cena se disculpan por vos – estás hablando demasiado alto, o quizás es que usas demasiadas malaspalabras?, capaz tan sólo estás borracha- Te destacan todo el tiempo los colores de la ropa que traes puesta, sos la única que fuma, te convertís en una cosa exótica que al otro le gusta sacar a pasear de vez en cuando, sin embargo that´s it. Sos un poco demasiado anormal.

Y sí, reflexionás. A lo mejor estás malacostumbrada. A lo mejor, en el fondo, sabés que por más que te quedés con el pibe normal la vas a terminar cagando con el primer intelectual asmático y bien torturado, con el primer pibe que tenga jeans mas chupines y botas más gastadas que las tuyas, con quien te convide fuego en la parte más oscura de una fiesta… porque esos son los que te hacen temblar. Esos a los que no les podes sacar la mirada de encima cuando están en el escenario. Los que te ponen los pelos de gallina cuando abren la boca… los que son de película y hacen que todo tenga banda de sonido.

Mirás a tu lado y tenés a tu cita en mocasines y te dan ganas de despeinarlo. ¿Qué estás haciendo? ¿Esa clase de tipo es con la que la gente se casa? ¿Hay que casarse? ¿En serio?

Hay algunas cosas que no tienen demasiado remedio más que bajarlas con un vaso de whisky. Esta es una, cuando te das cuenta de que sos irremediable. Y que sí, podés tratar todo lo que quieras pero los vicios de los hombres se graban en bronce y quedan para siempre; y si tu vicio son los hombres que puedan decirte una frase como esa al oído mientras te desabrochan el corpiño en el baño de un bar… entonces, servite otro whisky.

A veces, no hay pero que valga.

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